Brusco Love surge...

De una experiencia. De una de esas etapas donde uno siente que el amor te lleva al fondo del mar, pero también te transforma en un ser que puede respirar bajo el agua. Donde ese edificio que parecía seguro tiene que destruirse para volver a construirte en un terreno sin escombros. Un proceso emocional hecho prenda. Un recordatorio de que amar no siempre significa quedarse, y que dejar ir también puede ser un acto de amor para ti misma.

Vivimos en una época donde se idealiza la pareja como si fuera una meta, y las relaciones como una historia con final feliz. O incluso, al otro extremo, no nos permitimos luchar y evitamos a toda costa salir heridos. Que si aterrizamos la idea no es realista. El amor real, el que se vive en la vida cotidiana, el que te desnuda emocionalmente, es mucho más complejo. Coincidir con la persona que te viene enseñar asuntos no resueltos o incluso lo diferentes que pueden ser como personas, es un reto. Las relaciones hechas de idas y vueltas, de espacios, de silencios, de reencuentros constantes con uno mismo. El evitar el dolor de una ruptura es casi imposible.

Las rupturas me han enseñado demasiado. No solo sobre el amor, sino sobre mí misma. La etapa del duelo invita a cuestionarse todo, cual es tu concepto de amor, que quieres, cuales son tus limites, a que estas dispuesto, que puedes dar, como quieres recibir, desde donde me he estado relacionando en una relacion. Te abre una puerta para apreciar cada rincón que compone tu ser. Tampoco pretendo romantizar el dolor, sino reconocerlo como parte del proceso. Porque el amor no se mide por cuánto dura, sino por cuánto te transforma.

Siempre he pensado que la ropa dice más de lo que imaginamos. No solo comunica estilo, sino estados del alma. Como psicóloga, he acompañado muchas personas en sus procesos de cambio, y me he dado cuenta de algo: lo que vestimos también puede sanar, aunque sea de manera simbólica. Brusco Love nació en uno de esos momentos donde la vida me empujó a observar el amor desde otro lugar más humano, más crudo, más real. En medio de una ruptura, entendí que las prendas podían ser como un abrazo mientras lloraba o como una piel nueva que podían sostenerme en silencio mientras todo lo demás se caía. Y quise convertir esa sensación en colección: en un lenguaje visual que hablara del amor sin adornos, con sus contradicciones, sus nostalgias, su ternura y su caos.

Hoy miro esta colección y la siento como una carta abierta al amor en todas sus formas: al amor propio, al amor libre, al amor que ya fue y al que aún no llega. Reconciliate con lo que sientes, deja de temerle a la vulnerabilidad y a entender que incluso en la pérdida hay transformación. Las rupturas son historias sobre conocerse, soltar, sanar y seguir. Una forma de decir: me dolió, pero sigo aquí, maravillosamente diferente. En Brusco Love quisimos hablar de ese amor. El que deja marcas, pero también el que enseña. El que a veces duele, pero te devuelve a ti.

Agradecimientos especiales a la persona que aunque hoy ya no este, me mostró el amor y también me rompió el corazón. Gracias a él nació esta maravillosa colección.

- Miranda.